Laura Martínez de Guereñu rescata del olvido la obra de Hans Wittwer y comienza el estudio que de ella hace, recordándonos las conexiones existentes entre Hannes Meyer y Hans Wittwer con los arquitectos de la revolución rusa. Los ideales de El Lissitzky y Alexander Rodchenko que pretenden que no haya en sus obras “trazo alguno de su expresión personal” son también los de Meyer y Wittwer. Mostrar que tal compromiso ético está presente en una obra como el restaurante del aeropuerto citado es lo que la autora de este artículo se propone. Frente a quienes asociaban forma y función, Hans Wittwer abogaba por un materialismo sin mediación formal alguna, dando así lugar a que se produjera una arquitectura en la que la forma manifiesta lo que había sido su proceso de construcción, una arquitectura que, como la autora dice, “revela su estrategia de creación”.