Marta Alonso habla del libro Siberut
Acaba de publicar su segundo libro de antropología, un estudio sobre los hombres flor. Me ha parecido muy interesante y me recuerda un poco a Un antropólogo inocente, de Nigel Barley.
Algunas de las personas que ya lo han leído también me han hecho esta referencia. Aunque debo advertir al lector que se trata de un estudio de antropología hecho desde una visión femenina y con un toque de humor.
¿Por qué decidió estudiar a los habitantes de la isla Siberut, en Indonesia?
Cuando estudiaba antropología siempre me había interesado poder viajar y conocer otras culturas, tal vez por el exotismo que ello conlleva. Por este motivo viajé junto con mi marido, Robert Adserà, hasta este territorio a conocer y convivir con los hombres flor. Vi a los hombres flor en un reportaje a través de televisión y me parecieron muy interesantes, sobre todo por su amor al medio ambiente y por la preservación de éste.
¿Qué les aportó el viaje?
Debo confesarle que se trató de una experiencia muy enriquecedora. Son gente muy distinta a nosotros, con objetivos diferentes y también creencias muy distantes. Y también una de las cosas más importantes en una experiencia de estas características es que uno mismo se pone a prueba.
¿Por qué?
Me costó mucho adaptarme al nuevo medio. Ya lo comento en el libro, soy un poco patosa y ello supuso para mí una dificultad. Me costaba incluso la utilización de sus herramientas, y estas situaciones te hacen tomar conciencia de tus propias limitaciones.
¿Y el principal aprendizaje?
Nada es fácil aunque lo parezca. A esta comunidad de los hombres flor le resulta muy difícil sobrevivir. La deforestación de su medio natural, el turismo, que habitualmente no resulta demasiado respetuoso con los habitantes de este territorio... Todo ello sin olvidar las políticas que emprenden los propios gobiernos, que también pretenden terminar con la «excesiva diversidad cultural». Me da la sensación de que cada vez puede resultar más difícil sobrevivir en su diversidad.
Usted, que es una mujer polifacética, ¿tiene en mente algún nuevo proyecto?
Sí. De momento y de manera más inmediata el próximo verano me parece que volveré a Cuba a cantar boleros y participar en el Festival Internacional Boleros de Oro. Hace tiempo que no regreso a Cuba. Y, quién sabe, tal vez podría realizar un estudio sobre las peñas donde se cantan los boleros. Se trata de todo un mundo muy particular.
¿Y sobre los castells?
Uf, seguro que sería una investigación muy bonita. Aunque yo no conozco el mundo de los castells como para realizar un estudio antropológico. Hay muchas personas que se encuentran más preparadas para poder hacerlo.
[Entrevista realizada por Gemma Casalé para el Diari de Tarragona.]